Jorge Luis ya lo dijo

“En el firmamento hay mudanza. La montaña y la estrella son individuos, y los individuos caducan. (…) Quizás en mi cara estuviera escrita la magia, quizá yo mismo fuera el fin de mi búsqueda”.
Borges, Jorge Luis

Hay en la operación de nombrar la incomodidad de no poder escapar de aquello que es nombrado.
La repetición de lo que se nombra ataca el punto de fuga de los que ven.
Silencio entero y en el firmamento el tiempo imperceptible.
Todo el tiempo citando una memoria de otro cuerpo.
Nada de re-marcar, como si estuvieran tratando de registrar cada movimiento para no volver a repetirlo.
“Una forma compuesta de aproximación y distanciamiento así como los nombres”.
En lo que nombramos lo concreto.
Cambiemos el nombre de este texto.
Asepsia y serigrafía en varios colores.
La magia a través de las órbitas.
El arco entre lo que se nombra y se hace.
Los que ven siendo observados y los que hacen, viéndonos.
Y por eso, lo precavido, lo medido y condicionado en el cuerpo. Porque en el cuerpo el tiempo se evidencia y con el tiempo el cuerpo caduca.
Mientras, el performativo que nos guiña el ojo.
El tiempo todo entero de otro lugar.

Por Caterina Mora

Sobre obra Aquello que estamos haciendo y que todos están viendo