El llamado
Sobre laboratorio Palabras y mujeres, narraciones y gestos: a partir de la pieza Época


¿Por qué la palabra mujer suele evocar sensualidad? ¿Por qué la sensualidad se asocia a la labilidad del torso y la movilidad sinuosa de los brazos?
¿Y la mirada filosa, ese modo repentino de direccionar la visión sobre un algo o alguien, un modo de hacer foco que aguza el cuerpo y hace circular la información a través del espíritu a mil por hora. Es femenino, es masculino, es animal?
La movilidad sinuosa de la columna de los felinos es para éstos universal. Se ve tanto en individuos macho y hembra, ocurre amén del dismorfismo sexual.

Animal me remite a la columna ondulante, al andar cuadrúpedo. Él serpentea la columna que oscila flexible pero sostenida como una caña o, como suele decirse más comúnmente, como un junco. Ser mitológico, animal antropomorfo mitad cigueña, mitad humano.
Mover la columna ondulantemente me sale enseguida; el impulso me dirige a eso y entonces exclamo ¡bienvenido el parentesco con nuestros antecesores mamíferos, aguante la homología anatómica entre los vertebrados!

El ratón es flexible podría meterse por un tubito angosto como su cabeza (¿o incluso más angosto?) estrechando su cuerpo al punto tal de que sus huesos se deforman hasta el punto antes de descoyuntarse. Pueden pasar por cualquier agujero pequeño y cambiar de dirección sobre sus mismos pasos en un milisegundo.
Mostrar los dientes es para mí algo que tiene que ver con el filo. Mostar mi mordida o mis dientes frontales superiores mientras muerdo me da una especie de placer sensual como escribirme el brazo con un marcador.
Quisiera poder usar el enojo de la misma manera, canalizar el placer sensual del enojo.

El rostro de ella es definido como si hubiera sido tallado, la nariz como si fuera una línea vertical, los labios condensados como si estuvieran apretados, pero no, carnosos pero firmes. La zona donde mandíbulas y cachetes se encuentran pronuncian un ángulo que resalta el morro, la trompa. El pelo marca un contorno especial sobre la parte alta de la cara, el flequillo cubre la frente, pero no sólo el centro sino que continúa hacia las sienes como en los tocados amazónicos. ¡Es eso! Párpados embolsados, el color negro profundo de las pupilas, la esclerótica medio teñida, bueno de esto último no estoy seguro, pero debería ser, porque todo va en la misma dirección, la sensibilidad hacia lo que llamo ancestral.
Por Juan De Rosa