¿Dónde está tu sensible ahora?
Sobre laboratorio Palabras y mujeres, narraciones y gestos: a partir de la pieza Época


¿Dónde está tu sensible ahora?

En la relación ineludible entre lo que hacemos y pensamos, nos preguntamos por esa materia sensible que llamamos palabra y sus variados cuerpos entre sonido, imagen, metáfora, dirección.

Aquello que una palabra puede modificar en la puesta en acción de un cuerpo que performa, que crea, que hace, que danza.

Pensar mientras se danza y considerar esa literalidad de lo que pienso como materia de lo que se revela en el cuerpo mientras hago. Nos preguntamos por aquello que pensamos mientras hacemos. O si, efectivamente, lo que pensamos y hacemos no tienen separación.

¿Cómo revelo lo que pienso? O mejor, ¿qué revela el diálogo entre el pensamiento del afuera y el murmullo que se torna disonante de la relación con el mundo?

Literalizar en este sentido es encarnar la materialidad del pensamiento, una actualización de la literatura del mundo sin una resolución sintética, aunque en posibles concretos temporales de realización en el contexto actual: habitar el pensamiento afirmativamente, desbordando el yo, en la construcción de un linaje anacrónico de textos, imágenes, pensamientos, tiempos, escenificaciones, prácticas, que nos preceden y que están por venir.

La imagen que piensa en el cuerpo que se construye en la singularidad de textualidades que no se sustraen del presente y la emergencia del diálogo de eso que deseamos, lo que pensamos como posibles para su concretización y lo que se piensa en la imagen, en el afuera, como síntoma de una época, de una mudanza de situación.

Escribir, hacer, pensar, danzar tienen una afinidad magnética como emergencia entre la innegable existencia de cuerpos que desean moverse en imaginarios emancipatorios.
Por Florencia Carrizo