Lo ví todo. Lo que después fueron sombras. Lo que vengo trayendo en mi archivo, lo que me hace vibrar el cuerpo, lo que me fascina hasta el punto en el que dije: yo quiero chuparles la piel a ellos también.

El pop es una droga. Siempre lo fue. Tiene la receta perfecta del loop, las cantidades justas de optimismo, una vibración altamente peligrosa y pegadiza que hace que no haya escapatoria. No conozco muchas drogas pero me alcanza con saber que si necesito algo está operando una adicción porque no tengo posiblidad de elegir. Eso me-sucede-con-el-pop, que es una droga pública: lo que diríamos una droga legal y aceptada. La consumo en toneladas porque la necesito, porque me despeja, porque me da fuerza, porque es simple y en las letras encuentro toda la empatía que necesito para resolver tediosas complejidades.

I gotta cut loose, Footlose.

Cuando tuve que imaginar una danza colectiva imaginaria me dí cuenta de lo peligroso y real de mis proyecciones. Fue tan nítido lo que ví que intuí la operación que estaban intentando accionar con el ejercicio de usar un espacio vacío con un fondo musical ochentoso y hitero para imaginar lo-que-quieras-que-suceda. No fue una elección, fue una situación totalmente superadora: no lo pude controlar, simplemente el inconsciente colectivo empezó a fluir. No pude dejar de ver a un montón de Madonnas con rosarios, polleras negras y remeras de red, bailando en un éxtasis un ritmo como el de Footlose. En un segundo pude atrapar un hechizo operando en mi inconsciente, como quien desentraña un gualicho. Como la reproducción de un sueño en una proyección inexistente.

MTV es tu niñera.

Me acordé de pasar horas frente al televisor internalizando pasos, caras, gestos, deseos, estéticas. Tengo la imagen de mi cuerpo tirado en el piso frío del comedor con una almohada, la boca abierta como en éxtasis viendo seres perfectos en mundos perfectos. Una ficción que opera gracias a ser algo inalcanzable ¿quiénes son esos dioses?

MTV como una máquina de sueños, como si tu cerebro fuera una masa muy permeable, como una aspiradora atrapasueños, atrapadeseos, atrapa ganas de wanne be that superstar. Los deseos de la periferia, los deseos de los que no entendemos nada, de los bebés atrás de una pantalla viendo que existe una ficción hermosa y brillante, como el futuro glitter que, aunque sea un ratito, le queremos poner hasta nuestras medias.

"You must be my lucky star
'Cause you shine on me wherever you are
I just think of you and I start to glow
And I need your light
And baby I know
Starlight, star bright, first star I see tonight
Starlight, (star bright) make everything alright
Starlight, star bright, first star I see tonight
Starlight, (star bright) ooo yeah."
¿Cuál es el tiempo real?, ¿dónde habita la decisión?
Hay un automatismo en nuestro cotidiano donde las desiciones parecen tomarse solas, como si deviniéramos ante la vida. Sin embargo, ahí están nuestras decisiones no tomadas ejerciendo su cotidianidad.


El tiempo del Tiempo Real es un tiempo suspendido, reflexivo, intuitivo y composicional, que nos lleva a proyectar, descartar y re-calibrar los posibles, todo eso impreso en la decisión de dar el paso adelante, entrar y activar el espacio con una acción concreta, concisa, que le permita a mis compañeros sumarse a ella.


En lo concreto hay una apertura hacia las posibilidades. A veces se cree que la danza debe ser “abierta” y entonces la habitamos en un mar de significados posibles, con un grado de incertidumbre. Esta incertidumbre para el otro, para su percepción y su posibilidad de ser asertivo como espectador activo, espera ser gatilladora de significados y de intenciones, que no siempre aparecen, y entonces la silla parece tragarnos a la espera de que todo termine.


Porque la vida es así: observar, reflexionar, tomar la decisión accionar y luego esperar.
Un tiempo real
Sobre OBRA: VIDEOCLIP
Ahora imagine

una danza

colectiva
Sobre LAB: Máquinas de Colaboración / Sesión 3
Sobre APERTURA DE PROCESO: Manifestación a Futuro
Una de las cosas que aprendí bailando es que la flexibilidad da fuerza. Ser flexible no es ceder, colapsar ni permitir que las fuerzas externas o internas hagan su plena voluntad, sino gestionar esas fuerzas del modo más eficiente posible. En determinados casos podría ser dejarse mover (por la gravedad, la inercia, otras personas), pero siempre en función de un entramado de muchas otras fuerzas en las que esa organización aumente nuestra potencia, nuestra capacidad de acción. La rigidez en cambio, tiende a la debilidad, sobretodo cuando no es una elección de resistencia modulada sino la única opción posible.

Haber experimentado esa relación entre la flexibilidad y la fuerza se la tengo que agradecer a todas las horas que pude pasar estudiando el movimiento, dedicándome a lo que mi singularidad, de alguna manera, eligió. Ahora bien, hay momentos históricos en los que el efecto de la realidad política en la sociedad es tan radicalmente nocivo que contamina todos los ámbitos de la existencia. Aunque sigamos con nuestras prácticas singulares, necesitamos ponernos al servicio de algo que va más allá de nuestra propia subjetividad o nuestros intereses artísticos. Muchos artistas están empezando a investigar cómo pueden sus saberes contribuir con problemas que no están ligados directamente a sus preocupaciones estéticas. Entre ellos Esthel Vogrig, Juan Francisco Maldonado & Nadia Lartigue estudian cómo pueden, haciendo uso de los recursos de la danza, construir herramientas útiles para la resistencia social pacífica.

Algo de lo que se habló en la apertura de la residencia “Manifestación a Futuro” fue que muchas veces aparecen ciertas barreras ideológicas al interior de los grupos manifestantes que debilitan la acción. Yo lo interpreté como una suerte de reapertura de la discusión sobre los medios y los fines (discusión que por otro lado es importante tener cada vez, ante cada nueva situación). La cuestión es que una posición ideológica que es impuesta de manera taxativa, intransigente y rígida, tiende a debilitar los fines que esa misma ideología persigue. Tener cierta flexibilidad en los medios muchas veces da la fuerza que se necesita para alcanzar los fines. Esto no significa necesariamente ceder ante lo que creemos por fuera de la ética a la que adherimos, sino repreguntarnos ante cada nueva situación que estamos excluyendo a priori, sin tener en cuenta el complejo entramado de fuerzas en las que estamos.


* La pregunta “¿De qué otra cosa podríamos hablar?” es de Teresa Margolles
¿De qué otra

cosa podríamos

hablar?*
Suspenso
Sobre APERTURA DE PROCESO: Manifestación a Futuro
Distribución

coreográfica de

opiniones de los

cuerpos en una

entrevista simulada
ENTREVISTADOR - ¿Qué es para usted una manifestación?, ¿y qué opina acerca de ella?

CUERPO POLÍTICO - Entre otras definiciones, la manifestación puede considerarse una institución generalmente de cuerpo presente. Así concebida la puesta en cuerpo es un acto político. Reflexionando al respecto hace un tiempo me pregunto acerca de la posibilidad de no poner el cuerpo o más bien, cómo hacer otro cuerpo, o cómo poner el cuerpo de manera diferente.

E - ¿Qué piensa sobre este tipo de encuentros en los que debatimos y pensamos al respecto de los posibles vínculos entre las manifestaciones políticas y estéticas, estéticas y políticas, políticas como estéticas y estéticas como políticas?

C P - Pienso que estos espacio no son una manifestación pero nos llevan a encontramos. Y también pienso en la potencia política que implica ser creativos en las maneras de pensar nuestro cuerpo. También pienso que en muchas manifestaciones la herramienta más presente es el catalizador de tener que organizarse todo el año para la realización de un encuentro por ejemplo.

E - ¿Cuál es su opinión en relación a los recientes estudios sobre coreografía expandida que ponen sobre el tapete la necesidad de comprender las herramientas coreográficas de lo político?

C P - Doy mucha importancia a este aspecto. Creo entender que aquí confluyen diversos aspectos que se mantienen en una tensión constante. Reflexionar sobre ellos nos permite comprender algunos de los problemas que se articulan en torno a nuestras prácticas políticas. Por ejemplo, comprender las tensiones entre las herramientas publicitarias y las herramientas creativas asociadas al arte contemporáneo en manifestaciones muy diferentes pero en las que es posible observar cómo estas apelan a lo mismo: a bailar, a ser felices, a estar juntos.

E - Esto último a lo que te refieres introduce una cuestión acerca de la comunicación, las mediaciones y los objetivos de las manifestaciones. Más bien puede pensarse que reactualiza algunas discusiones acerca del contrato social. O bien algunas cuestiones, como las sugeridas en la frase recurrente durante estos días, acerca de “cómo enfrentarse contra un monstruo, sin volverse un monstruo”. Perdón para la extensión en esta intervención un tanto difusa pero creo comprender que en esta apertura uno de los temas claves es observar la complejidad del asunto. Es decir que el problema no se agota en algunas dicotomías sino que, al observar y hacerle preguntas coreográficas al sentido común, emergen una serie de trasfondos en el que se entretejen nuestras sociedades. Por ejemplo, en la observación sobre el poder de convocatoria que tienen algunos modos de comunicación no significa que entonces se deba reducir todo a esa esfera así como que tampoco debe ser dejada de lado.

C P - Tal como dices es una cuestión delicada. Según lo que hemos observado hasta el momento, hay sectores sociales que se preguntan claramente quien los ven, quienes son esos otros con los que dialogan y con los que no. Ahora bien, observar esa potencia de modo acrítico conlleva a hacer más delgada la línea que distancia concepciones como las de que “el fin justifica los medios”. Por otro lado, y retomando una pregunta anterior habría que introducir algunos cuestionamientos sobre el cuerpo y sus posibilidades. Por ejemplo, no todos los cuerpos tienen la posibilidad de ausentarse mientras que otros son ausentados forzosamente y otros tanto carecen de la posibilidad de hacerse presentes. Al respecto también he comenzado a recuperar algunas cuestiones de clase para abordar las manifestaciones con un mayor espesor de análisis así como para revisar diversos presupuestos de la micropolítica. De algún modo observo, y esto es muy tentativo, que nos olvidamos de por qué llegamos a organizarnos a la vez que el tema del capitalismo nos confunde. Como humanos por ejemplo, a veces nos comprometemos a cosas que no podemos hacer y perseguimos una presencia al 100% que es imposible de sostener a la vez que vemos emerger como fuerza un modo impersonal en la manifestación política. Es en este conjunto de tensiones que se están dando en la actualidad donde están ocurriendo los debates acerca de qué sociedad estamos coreografiando en conjunto a la vez de como somos coreografiados por el conjunto de instituciones que hemos forjado.


*Entrevista simulada en el marco de la Apertura de Proceso de Manifestación a Futuro. Ciudad Autónoma de Buenos, 14 de Diciembre de 2016.
La proyección del reflejo
Hola todos, estamos acá. Esto es una conferencia, vamos a tratar de hablar claro para que se entienda todo lo que decimos. Esperamos que el tono de las voces también les dé una pauta en relación al trabajo. Estas son palabras que decimos enfrente de todos y al mismo tiempo.

Esta enunciación va a durar el tiempo de 650 caracteres. Esta página web es del 1992. Los videoclips ya pasaron de moda, pero ¿que hace que la música y el cine sean tan populares y la danza no? (Estamos hablando del establecimiento de la institución de la imagen.)

¿Como llegamos de acá hasta alla? desde el reflejo hasta la proyección.

Un videoclip es un archivo. Un archivo puede ser un espacio que contiene un algoritmo que configuro algo en algún momento. El algoritmo de una configuración actúa en el cuerpo porque participa del código que lo hace funcionar. Todo archivo actuó en el cuerpo, (parafraseando a Deleuze) “todo cuerpo es un archivo que actúa”. La forma de sentarnos nos configura tanto como unos pasos de danza. Todo configura nuestras formas de entender el cuerpo. Esos pasos de danza son micropolíticas, así cuando termina el cuerpo como territorio configurado, ese código, esa forma de comprender/hacer/ver se extiende a lo que nos rodea.

La era del videoclip termino. Pero somos el reflejo de esa proyección. Somos los que se proyecta del reflejo.
Sobre OBRA: Videoclip
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