¿El score es un juego o una trampa? El score es un juego o una trampa
¿Hay un límite en el campo de juego?
¿Quién limita el campo de juego?
¿No es el juego un límite en sí mismo?
¿Es necesario que nos digan qué hacer cuando ingresamos?
¿Qué significado tiene la figura de un anfitrión?
¿Quiénes somos los anfitriones?
¿De quién es la casa?
¿De quién es el juego?
¿Quiénes han jugado al juego?
¿Cuál es el final del juego?
¿Qué determina que termine el juego?
¿Y si lo decidimos juntas por telepatía?
¿Y si no lo decide nadie y el juego decide por sí mismo?
¿Están jugando o están trabajando?
¿Cuán importante es delimitar el espacio en el tiempo de juego?
¿Hay algún juego en el que no haya trampa?
¿Qué significa hacer trampas en un juego?
¿El score es un juego o una trampa?
¿O una excusa?
¿Hay alguna intención crítica en este juego?
¿Quieres dar alguna intención crítica a este juego?
¿No es jugar, algo crítico hoy?
¿Cuál es el lugar de la crítica hoy?
¿Cuál es la necesidad de la danza hoy?
¿Cuál es la necesidad de la danza, o se necesita de la danza hoy?


Estas preguntas fueron recolectadas en el proceso de feedback de la provocación de Twins Experiment.

Empezar por preguntarnos cómo construimos este espacio es la primera posición. Preguntarnos cómo producir este espacio en relación a cada objeto, con sus diferencias, es la segunda.

El espacio de proceso es un espacio que este festival propone y habilita por deseo y necesidad, como agentes de nuestra comunidad artística. No por que los trabajos necesiten ser curados, pero porque todos como artistas necesitamos dialogar.

Ponemos algo ahí para que dialogue, sin importar cuál sea la intención de ese diálogo. Le hacemos preguntas a las cosas para explorar el campo de conocimiento de ese proceso/obra/proyecto/cosa (o como sea nos guste decirle) y su campo de producción de sentido.

Un espacio de feedback, de retroalimentación, es una espacio de prueba de los sentidos, una prueba en la extensión de la red semiótica de la cosa.

Poner a rolar la producción de sentido, poner a la producción de sentido en juego.
Por Camila Malenchini
Sobre obra Conversación: Habitación o morada