Lo que transversa al

domingo 3
Como una gota de lluvia que cae vertiginosa desde el cielo atravesando el aire de la ciudad hasta estallar en el pavimento.
Así.
Así atraviesa el tiempo a las experiencias sensibles de este domingo.
Una temporalidad que se construye a partir de hacer cuerpo presente en el espacio compartido.
Pero que también se construye desde la mirada.
Miradas que sostienen con su ver/mirar.
Así la necesidad del otro mirante, sintiente, expectante.
La visibilidad de la existencia o lo que existe al ser develado, vuelto visible, desocultado de ese espacio de sombras que es el caos de lo no creado todavía, de lo informe, de lo no existente.
Así atravesamos el momento íntimo de ensayo compartido con uno de los performers en la mañana y las experiencias que provocaron al público en la tarde.
Así el día se volvió partitura temporal.
Así se convirtió en un develar relaciones entre lo visible y lo oculto, entre lo que suena o calla, lo que reverbera o se esconde.
Así fue una tensión entre ver y hacer, entre objetos y sujetos, entre lo abstracto y lo concreto.
Así no afirmar, no negar, no dar por seguro, no cerrar, no especular con algo terminado.
Así afirmar por la negación, mostrar al ocultar, hacer por la no acción, no hacer por la acción.
Así construir presencia.
Así tranversalizar la experiencia.
Así hacer arqueología del futuro.
Por Nea Rattagan
Sobre Catarta de Escritura en Residencia